martes, 2 de abril de 2013

en frente

¿Sentiste hoy que el corazón te latía por un segundo un poco más rápido que de costumbre? Fui yo, pase por tu lado y respiré tu perfume. Quise detenerme. Debí haberme detenido. Parar el vocho del infierno en frente de tu puerta, saludarte efusivamente y no dejar que lo pienses demasiado. Te habría plantado un beso descarado y luego huído sin rumbo. ¡Debí haberme detenido! Solía soñar que te tengo cerca, hoy confieso que me encantaría que tengas más alebrestada la existencia, que seamos menos cuerdos y quedarnos de ver y cumplirlo, desaparecer y amarte. Me habría detenido pero estaba lloviendo y no tenía sombrilla, perdón por preferir permanecer seco dentro de mi vocho, de saber que tú prefieres la lluvia conmigo te lo juro que me habría detenido. Es complicado aceptar que te amo y prefiero estar seco, lo real es que no me detuve por no enterame que harías si me tienes en frente. Estoy seguro que haríamos la fiesta más grande del amor con una sola mirada y entonces valdría la pena detenerme y saludarte. La próxima vez que esté en frente de tu puerta lo voy a hacer aunque llueva, me detendré (como lo hice en tu corazón para ofrecerte el mío)…